lunes, 13 de mayo de 2013

Kyoto, respirando puro Japón


El titulo del post esta extraído de un email que nos mandó Josep, nos redactó una buena guia a seguir con muchos detalles útiles, y acabó con el párrafo de Kyoto con este titulo. No le faltaba nada de razón.



Kyoto es una ciudad muy bonita, también muy grande pero muy bien comunicada con metro y autobús. Esta repleta de templos y algún que otro palacio, podríamos estar 5 días solo viéndolos. Lo mejor es alquilar una bicicleta y perderte por sus calles.



Como ya os comentamos hemos estado 6 noches en total, esta vez nada de minihabitación de 12m cuadrados de hotel, hemos estado en el Piece Hostel (6600Yen / 50€), un hostel que apenas tiene 1 mes a 5 minutos de la estación central de Kyoto. Muy buen ambiente y todo nuevo, lo recomendamos.

Os avanzamos en el anterior post que la primera noche habíamos quedado para cenar. Fue con Petra, viajamos con ella en Indonesia, visitando Sulawesi y ahora coincidíamos aquí, pero solo por una noche. Nos hizo mucha ilusión poder estar con ella otra vez y que nos explicará sus viajes durante estos 4 meses y nosotros explicarle el nuestro.



Mario, como buen buscador de bares que es se encargó de encontrar un bar "cool" para la ocasión, y lo acertó. Fuimos a la zona de Gion, al Ishimaru Shoten, esta situado en una calle muy pequeña, mas bien parece un pasillo, la calle 13 que sale de la calle Kiya-Manchi. Probamos el sake, una copa de Umesho (vino de ciruela típico de aquí) y tortilla japonesa entre otros.




La mañana siguiente el día se levanto frío, con un poco de aire pero soleado, íbamos mentalizados que ese día tocaba andar mucho por la ciudad y a la zona de Arashiyama.

Visitamos las zonas más cercanas a la estación, varios templos enormes, visto uno todos son muy parecidos pero bonitos.





Arashiyama

Por la tarde cogimos un tren hasta Arashiyama, es un pueblo del distrito de Kyoto y aunque parezca que no hay mucha cosa por hacer una vez estas allí te das cuenta que deberías pasar mas tiempo. Nosotros le dedicamos solo una tarde y solo tuvimos tiempo de visitar un jardín zen gigantesco, un bosque de bamboo y un poco sus alrededores.





El pueblo es muy acogedor dan ganas de pasear por sus pequeñas calles y estar un rato relajado en la parte del río, y además hay un par de templos por la zona que parecen interesantes.

Cansados pero con ganas de descubrir mas cosas volvimos a Kyoto y fuimos directos al centro para buscar algún lugar dónde cenar. Decidimos que ese día tocaba descubrir los sushis giratorios. Creíamos que no nos iban a gustar pero hay muchos tipos y nos hicimos nuestra lista.



Escogimos uno que tuviera carta en ingles, para no arriesgarnos demasiado, Sushi No Musashi, tienen 2 restaurantes mas en la ciudad, esta es la web (esta en japonés pero si le dais al traductor de webs de google va bastante bien), cada plato cuesta 147 yens.
Para nosotros el mejor fue uno de gambas en tempura y otro con queso y salmón.

Fusimi Inari

El día siguiente aun hacia mas frío, un bonito día soleado pero con aire congelado. Fuimos a coger el tren esta vez para hacer una excursión al santuario de Fushimi Inari, un santuario dedicado al dios shinto del arroz.



Hay miles de toris (puertas rojas), una detrás de otras, que forman un camino de varios quilómetros hasta la cima de la montaña, alineadas hasta el santuario. Unas mas grandes y otras mas pequeñas.
Se dice que las estatuas de zorros que hay cerca de ellas son mensajeros de Inari.




Fue una buena caminata que nos llevó unas 3 horas, y subimos cientos de escaleras por en medio del bosque, siempre cruzando los toris.

La verdad merece la pena ir y subir hasta arriba, se respira mucha tranquilidad y es un bonito paseo por el bosque. En algunas partes hay zonas para dejar ofrendas, estas ofrendas son puertas pequeñas, como de juguete, y la gente parece que escribe sus deseos en ellas.



Volvimos a Kyoto, y por la tarde fuimos a pasear por la parte de Maruyama Cho, una zona bien tranquila de la ciudad, con otro gran templo que no pudimos visitar, pero si que estuvimos en el santuario, el parque y por las calles de los alrededores. Nos fijamos que hay muchos japoneses que mantienen sus tradiciones y siguen vistiendo con kimono.




Como veis este post va para largo... ¡vamos a por el cuarto día!

Nara

Madrugamos (a eso de las 8 claro) para aprovechar el día e ir a Nara, una ciudad pequeña cerca de Kyoto, a una hora en tren, sus templos y ruinas forman parte del Patrimonio de la humanidad de la Unesco des de 1998.


esperando el tren



Desde la estación hasta el parque donde hay los templos y ruinas hay unos 20 minutos a pie, andando a través de una calle llena de tiendas.

Decidimos seguir la ruta que hace la lonely planet, pero no nos gustó demasiado, recomendaba entrar en unos pequeños jardines que hay al comienzo de la ruta por 500 yens cada uno, le hicimos caso y no nos convenció... así que decidimos no entrar en mas jardines que recomendara.





El recorrido nos llevo unas tres horas, visitamos algunos de los templos que hay, un buda gigante el cual sus ojos miden 1 metro de largo y varias pagodas.


como en todos sitios en este país esta lleno de tours escolares
Por la tarde de vuelta a Kyoto aun nos quedo un poco de tiempo para visitar el mercado de Kyoto, enorme, lleno de todo tipo de comida y cosas raras que no sabemos ni traducirlas.





En bici por Kyoto

A diferencia de los anteriores días nos levantamos en pleno verano a casi 30 C, que lujo, notábamos a faltar el clima cálido de los últimos meses.



Alquilamos una bicicleta para cada uno en el hostel por 500 yens, queríamos visitar Kyoto de otra manera y esta nos parecía muy practica. En muy poquito llegaríamos a los sitios que queríamos ir... pero como ya se sabe a veces suceden cosas inesperadas.

Kyoto es una ciudad perfecta para ir con bicicleta, todas las calles están preparadas para ello, incluso las mas pequeñas.



Primero debíamos ir a la oficina del Palacio Imperial para reservar tour gratuito a las 2pm, solo se puede visitar en tour y en ingles tan solo hay dos horas al día, a las 9am y a las 2pm y se debe reservar con antelación.

Como aun quedaban tres horas para las 2 fuimos a ver el castillo Nijo, a 10 minutos en bicicleta.

Cuando ya estábamos a punto de llegar al castillo Nijo, Mario pinchó una rueda, pero bueno Kyoto esta lleno de tiendas de bicicleta, pensamos que ya encontraríamos algo cuando saliéramos del castillo, total ya estábamos delante.



El castillo era enorme, todo de madera como casi toda la arquitectura de los lugares emblemáticos de Japón. Se podían ver todas sus habitaciones con representaciones con maniquí en algunas de ellas. Encontramos a faltar algún mueble o algún tipo de libros o cosas, todas las habitaciones están completamente vacías y solo se pueden apreciar las pinturas de las paredes.





En varias ocasiones se había quemado el castillo, pero lo volvieron a reconstruir tal cual estaba originalmente. Como todos los templos y castillos de Japón, casi todos se han quemado alguna vez y los vuelven a construir igual.

De camino a reparar la bicicleta nos topamos con un grupo de estudiantes que estaban haciendo sus deberes de inglés, nos hicieron 4 preguntas leyéndolas directamente de la hoja, y les respondimos muy amablemente pero les costó trabajo entendernos... creo que al final se inventaron las respuestas.



Dejamos la bicicleta en una tienda de reparación y ventas de bicicletas  cerca del castillo y nos fuimos a pie hasta el Palacio Imperial. En bicicleta parecía cerca pero a pie tardamos 30 minutos, llegamos justo pero a tiempo.

Junto a nosotros habían 100 turistas más esperando el tour en inglés, pensamos que no nos iba a gustar pero no fue así, fue bastante interesante, la guia nos explicó cosas que si vas por tu cuenta no te enteras, no estuvo mal.

Volvimos a la tienda de bicis y pagamos 800 yens por la reparación, aun nos quedaban un par de horas de luz y estuvimos dando una vuelta por la ciudad.



Queríamos cenar algo para llevar en el hostel, pero cerca de camino al super encontramos un bar que nos llamó la atención.
Es un bar de yakitoris (pinchos de carne) riquísimos con una peculiar carta en ingles, más bien una libreta con notas en ingles hechas a mano sobre los platos y recomendaciones en muchos idiomas.



Muy cerca de la estación a 5 minutos, en la calle Minami Ward antes de llegar al supermercado Lawson. Probamos la ensalada de patata (una especie de ensaladilla rusa), un bol de pollo teriyaki con arroz y varios palitos de pollo.

Último día

El último día en la ciudad estuvo lloviendo todo el día, pero tuvimos un rato de paz con la lluvia en el que aprovechamos para ir al templo dorado, a una hora desde la estación de Kyoto con el bus 205. Como íbamos ha hacer varios viajes en bus compramos un pase de un día por 500 yens cada uno.

La verdad es que nos esperábamos algo más, tal vez fue por el día pero nos sabio a poco. La entrada vale 500 yens por persona y en 15 minutos ya estábamos fuera.



Llovió bastante el resto del día así que volvimos al hostel y nos refugiamos allí toda la tarde, preparando la mochila que después de 5 días estaba toda desperdigada por la pequeña habitación.

Para despedirnos de Kyoto volvimos a cenar al sushi giratorio "Sushi no musachi" y al bar "Ishimaru Shoten". Fue curiosa la noche, nos encontramos a una mujer de Cadiz, Anna, que viajaba sola. Tan solo tenia un día para visitar la ciudad y le aconsejamos que ver en su único día, muy amablemente nos invito en el Ishimaru Shoten.




Al día siguiente nos teníamos que levantar bien temprano. Tuvimos que hacer un largo recorrido para llegar a Koya-san dónde vamos a dormir en una especie de templo...


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